sábado, 22 de diciembre de 2007

mi diario en blanco.

Ayer la calle estaba manchada por las sombras que proyectaban los adornos de la virgen, esos que se cuelgan de casa a casa, o de poste a poste, se ve muy raro, con ganas de fotografiarlo, pero siempre olvido la cámara, además que ahorita no tengo ninguna disponible. Pero eso no importa lo que vengo a escribir ahora es de aquellos niños que ya he comentado en un post anterior (si fuimos...)

Yo me dirigía hacia la tienda a comprar una refresco, era mi hora de comida, en realidad sólo busqué un pretexto para salirme de la oficina, quería salir un poco de la monotonía... y por cosas del destino o que se yo, pero fue una buena elección haberme salido. Caminaba por la calle empedrada y de pronto veo a muchos chiquillos corriendo hacia mí, ellos tenían escobas, palos y piedras en sus manos y gritaban con fuerza e incitaban a los demás niños que se les unieran, -¡vamos!, ¡vamos! estamos en guerra. Pensé por un instante que me atacarían, pero me dije; haré como que no los veo y no son importantes para mí, y en un instante pasaron todos sin voltearme a ver, fueron rápidos y a su blanco. en cuanto los dejé atrás volteé y ví que un chavo corría por su vida, eran entre 8 y 12 chiquillos de unos 6 a 8 años que perseguían furiosamente a su presa... no le dí importancia y seguí caminando. Al llegar a la tienda compre cualquier cosa que se me ocurrió en el instante, porque ya había olvidado que era lo que iba a comprar. De regreso a la oficina encontré a todos los chiquillos gritando y aventando piedras al mismo muchacho, pero esta vez lo tenían acorralado, ya que la calle es cerrada, como podía esquivaba las piedras que le lanzaban, en tanto otros chiquillos lo perseguían con palos y escobas... y de pronto se alcanzo a escapar y meterse a una bodega. Los niños desde fuera le gritaban -¡Sal marica, no seas joto! y golpeaban el portón... en eso yo ya observaba los hechos desde el balcón de la oficina, tuve una muy buena perspectiva de los ocurrido.

Los niños estuvieron un buen rato gritándole cosas y golpeando el portón esperando que saliera, pero nunca salio. Yo regresé y me puse a trabajar.


Me gusta tu aroma,
ya lo llevo guardado.
no lo puedo creer.

5 comentarios:

brendamontes dijo...

waaa! por ke no hay foto, o dibujito...
un garabato?!
un puntito... no?!

que ráro.
hey ya merito es navidá..
y ya estoy dibujando lomohouse
otra vez.

Gaby dijo...

lo hubieras defendido! pobrecito tipo! saludos!
y que pases una feliz navidad y año nuevo!
nos vemos el año que entra....
me voy de vacaciones a mi México lindo y querido!!!!! uju
cuidenseme, y ahí les encargo mi blog! no me lo abandonen!

Anónimo dijo...

No cabe duda, que los niños tienen mas imaginacion que nosotros. aunque debiste ayudar al corralado.
:p

chickenChemo dijo...

¡Pinches putos montoneros!... me dolieron los chingadazos... jajajajaja. Nel mi Kenji, los hubieras madreado a todos: unas nalgadas pacificadoras de esas que dan los abuelos para educar a los muchcachitos imberbes. Enséñales que no deben meterse con alguien de su tamaño, porque llega otro cabrón más gandalla y se los suena con ganas, jajajajajajaja... pinches morros y sus pleitos pendejos....... yo hacía lo mismo de morro ¡sniff! ¡qué recuerdos!


Mi aroma Kenji, ¿estás seguro? jajajajajaja. Baygón® Verde.

sert dijo...

tu aroma no jajaj!!

el de otra persona jaja

se mancharon-